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Ver “El Capricho” de Gaudí en Cantabria
Gaudí ha dejado mayoritariamente su huella arquitectónica en Cataluña, pero también algunas de sus obras más bellas están repartidas por parte de la geografía española.
Comillas, un pequeño municipio de Cantabria, ha sido uno de los puntos del mapa que se ha beneficiado de la magia del famoso arquitecto.
El Capricho es, sin lugar a dudas, uno de los grandes atractivos que ver tanto en Comillas como en toda Cantabria.
¿Por qué una obra de Gaudí en Comillas?
Mucha gente se pregunta cómo acabó una obra de Antonio Gaudí en un pueblo de apenas 2.500 habitantes como Comillas. La repuesta se encuentra en la conexión entre varios personajes que vivían en el pueblo cántabro.
Máximo Díaz de Quijano y Fernández de San Juan era un indiano que, como muchos otros, había hecho fortuna en Cuba. Su conexión familiar con el Marqués de Comillas, Antonio López y López, fue crucial para ponerse en contacto con el principal financiador de las obras de Gaudí, Eusebio Güell.
Tras ponerse de acuerdo el indiano y el arquitecto catalán, su compañero de estudios Cristóbal Cascante fue el encargado de la construcción del “El Capricho”, siempre siguiendo las indicaciones y la maqueta que Gaudí había ideado.
La obra comenzó en el año 1883 y finalizó en el 1885 y, aunque en un principio se bautizó como La Villa Quijano por el apellido de su promotor, fue popularmente apodada como El Capricho por su increíble belleza.
El Capricho: desde su construcción hasta la actualidad
La historia de “El Capricho” ha tenido sus altibajos. Tras la finalización de las obras en 1885, su dueño murió a los pocos meses, por lo que no pudo disfrutar del principal uso que quería darle al edificio, que no era otro que usarlo como residencia de verano.
El palacio paso primero a su hermana, ya que Máximo Díaz de Quijano no tenía esposa. De ella paso a su hijo, que hizo la primera remodelación de la obra: sustituyó un pequeño invernadero por una habitación de bloque.
El edificio se abandonó más adelante, tras la Guerra Civil y, aunque fue declarado Bien de Interés Cultural en 1969, no fue hasta el año 1977 cuando el edificio cambio de manos.
En 1988 se inauguró como el restaurante El Capricho de Gaudí tras haber sido rehabilitado por los hijos del comprador, Antonio y Ernesto Díaz. Fue comprado por el grupo japonés Mido Development en el año 1992, aunque el restaurante tuvo que cerrar en el año 2008 a causa de la crisis económica.
No fue hasta 2010 cuando se encontró el uso que hoy en día sigue vigente, y que no es otro que el de museo.
En el museo “el Capricho de Gaudí” podemos admirar tanto la arquitectura interior del edificio como varias obras de Gaudí.
También podemos conocer a fondo la historia de “El Capricho”, así como aprender más aspectos de la apasionante vida del arquitecto catalán.
Comillas: más Gaudí frente al cantábrico
Comillas es apenas un pueblo 2.500 habitantes que se encuentra en la costa cantábrica. Aunque pueda sorprender, existen más vestigios de la obra de Gaudí en esta pequeña localidad.
El mobiliario del Palacio de Sobrellano fue elegido por Gaudí cuando tan solo era el ayudante del arquitecto Joan Martorell. Además, el arquitecto catalán construyó un pequeño quiosco con motivo de la visita del rey Alfonso XII a Comillas.
Sin duda el Palacio de Sobrellano es otra de las atracciones turísticas del pueblo y, la playa de Comillas, es una excelente opción para pasar las tardes frente al mar tras haber visitado “El Capricho”.
Horario y tarifas de El Capricho en Comillas
El horario del museo depende de la época del año en la que lo queramos visitar:
- Noviembre a febrero: de lunes a domingo de 10:30h. a 17:30h.
- Marzo a junio (y octubre): de lunes a domingo de 10:30h. a 19:00h.
- Julio a septiembre: lunes a domingo de 10:30h. a 21:00h.
Las tarifas del museo son:
- Tarifa general: 7€
- Tarifa bonificada (jubilados, personas con discapacidad, estudiantes, desempleados y familia numerosa): 5€
- Tarifa 7-14 años: 3€
- Tarifas menores de 7 años: gratis
Gaudí no dejo muchas muestras de su arte fuera de Cataluña y “El Capricho” en Comillas es una de esas rarezas, así que, si viajas Cantabria, no dudes en visitarla.