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Ubicada a unos 20 kilómetros aproximadamente de Berlín, al suroeste de la capital alemana, la ciudad de Potsdam es tal vez uno de los lugares más bellos de toda Europa.
Con su combinación perfecta de jardines y castillos barrocos, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Qué ver en Potsdam
Esta hermosa ciudad tiene su origen en el siglo VII, por aquel entonces fue elegida por Federico Guillermo I como residencia para sus extensas jornadas de cacería.
Posteriormente se convirtió en residencia de los reyes prusianos y los káiser alemanes.
En esta época se construyeron numerosos castillos y palacios de gran exuberancia. Es precisamente gracias a la belleza de estos, que Potsdam se ha convertido en uno de los destinos más visitados de toda Alemania.
Conocida como “La ciudad de los Palacios”, Potsdam está llena de atractivos, aunque bien puede recorrerse en un solo día si nos encontramos en Berlín y aprovechamos bien el tiempo.
Algunos de sus lugares más increíbles e imprescindibles en cualquier visita son:
- El Palacio Babelsberg: Un hermoso ejemplo del estilo neogótico, ubicado de cara al río Havel. Su belleza exterior no tiene comparación.
- El Palacio Sanssouci: Tal vez el palacio más visitado de la ciudad, sus jardines le han valido que lo llamen el “Versalles Alemán”, con sus famosas terrazas y su trazado perfecto. El jardín que rodea el Palacio fue expandiéndose a lo largo de la historia. Actualmente tiene unas 290 hectáreas. Desde ya que merece la pena una visita. A un lado del palacio se encuentra el histórico molino, construido por orden de Federico Guillermo II. Imposible no tomarle una foto.
- El Palacio de Cecilienhof: Esta enorme edificación forma parte de la historia del país, ya que en ella se redactó la Conferencia de Potsdam, hito de gran importancia para Alemania. En ella se estableció, entre otras cosas, su democratización. Actualmente funciona en el palacio un bello hotel.
- El Palacio Nuevo (Am Neuen Palais): Se trata del palacio más grande de la ciudad. Su estilo renacentista de gran belleza. Construido para demostrar la grandeza del imperio prusiano, luego del final de la Guerra de los Siete Años. Detrás del Palacio se encuentra la Universidad de Potsdam.
- El barrio holandés o Pequeño Ámsterdam: Un hermoso lugar para recorrer con tiempo, perderse entre sus calles de gran belleza. Se lo conoce con este nombre por haber albergado a un gran número de trabajadores holandeses en el siglo XVIII. Su construcción tenía como fin que la comunidad holandesa se sintiera como en casa.
- La Puerta de Brandeburgo: Al igual que en Berlín, Potsdam también tiene una Puerta de Brandeburgo. Construida antes que su homónima berlinesa, fue encargada por Federico II de Prusia, y se inspiró en el arco de Constantino, en Roma. Es sin duda uno de los monumentos más visitados de Potsdam.
- El barrio ruso o colonia Alexandrowka: Al igual que el barrio holandés, esta colonia fue construida para albergar a los inmigrantes. Allí se puede visitar el Museo Alexandrowka, para conocer un poco más de la historia de este pequeño trozo de Rusia en Alemania.
- El puente de Glienicke (Glienicke brücke): Este bello puente conecta Berlín y Potsdam. Se volvió relevante luego de acabada la Guerra Fría, puesto que era el punto en el cual Rusia y Estados Unidos intercambiaban a los espías capturados por ambos bandos.
Entradas a los castillos y tours de Potsdam
Aquí puedes reservar los tickets para un tour en español por los castillos y la encantadora ciudad de Potsdam.
Durante el tour podrás visitar, entre otras cosas, la tumba de Federico II (llamado cariñosamente “el Viejo Fritz”), conocer un poco de la historia de la ciudad y su exquisita riqueza arquitectónica, su pasado tan íntimamente ligado con la realeza.
Además, podrás pasear por algunos de los lugares que hemos mencionado más arriba, como el Palacio de Cecilienhof o el Palacio de Sanssouci, y conocer el conjunto de casas de madera tradicionales rusas, al que se le ha dado el nombre de La Pequeña Siberia.
Potsdam es una de esas ciudades que atrapan a quienes la visitan. Como hemos mencionado, Potsdam fue destino vacacional y de descanso para la realeza Prusiana, y ese halo de elegancia y distinción ha sabido mantenerse intacto a lo largo de los años.