Una de las principales particularidades que nos ofrece Roma es la gran cantidad de fuentes que parecen no acabarse nunca… y lo mismo nos ocurre con las plazas que se encuentran detrás de cada esquina.

Y es que las plazas forman parte de la vida de Roma desde los inicios del propio Imperio. En ellas los turistas encuentran el lugar ideal para poder prepararse ante las aventuras que van a vivir en ese nuevo día. Además también es el lugar de relax por excelencia, un sitio en el que podemos disfrutar de un buen café mientras vemos el ir y venir de la vida diaria de los romanos.

Ya conocemos algunas plazas emblemáticas como la Piazza di Spagna o la Piazza Navona. Además, también existen toda una gran cantidad de plazas que se consideran de visita completamente obligatoria.

Sin embargo, ahora nos vamos a referir a la plaza de Campo de’ Fiori.

¿Qué tiene de especial la plaza Campo de’ Fiori?

Para poder entender el porqué es uno de los puntos más destacados de toda Roma, tenemos que hacer un largo viaje en el tiempo hasta el siglo XV. Por aquella época esta plaza no era más que un florido campo en dónde los animales pastaban de manera habitual.

Existe una popular leyenda que atribuye su nombre a que el general Pompeyo tenía una amante allí y a la cuál construiría un teatro en las cercanías que llevaría este nombre.

A medida que avanza la historia descubrimos que este lugar se ha ido actualizando para poder aguantar el paso del tiempo. Un ejemplo lo tenemos con el Papa Calixto II que ordenaría pavimentar el lugar para construir el palacio Orsini. De esta forma, en sus cercanías se abrirían toda una gran cantidad de comercios, pensiones, talleres que usarían las personas de paso de camino al palacio.

Como curiosidad, por aquel entonces ya se empezaba a incrementar la comercialización de caballos en la propia plaza. Este negocio iría dando lugar a otros hasta formar uno de los mercados más variados a lo largo de toda Roma. Podemos encontrar tenderetes que han sido confeccionados con madera, toldos increíblemente coloridos que ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo, gran variedad de fruterías dónde podremos degustar y comprar verduras, frutas… y como no, flores.

Lo encontramos abierto todas las mañanas excepto el domingo. Nada más poner un pie en él, será como si hubiéramos viajado a otro mundo ya que conserva esa apariencia clásica que lo ha convertido en el principal protagonista conforme el tiempo ha ido pasando.

En el propio centro de la plaza nos encontramos con otro de estos tesoros dignos de ver; se trata de una estatua que fue erigida en memoria del filósofo Giordano Bruno. Es un recordatorio que nos lleva a la etapa más turbulenta de Roma cuando se realizaban ejecuciones públicas.

Bruno sería ajusticiado en la hoguera cuando se le atribuyeron los cargos de hereje.

Una vez que ha transcurrido la mañana el mercado no pierde su característica magia ni mucho menos; es entonces cuando podemos disfrutar de toda una gran variedad de restaurantes y bares de renombre, por lo que la juventud lo suele usar como un punto de encuentro muy concurrido.

En algunos locales podemos encontrar precios populares: por ejemplo, beber y comer algo por unos 10€ pudiendo elegir entre un amplio surtido de pequeños platos mostrados en la barra. Es la forma perfecta para poder disfrutar de una cena rápida y luego irnos de fiesta durante toda la noche.

Seguro que te animas a visitar la plaza Campo de’Fiori, ya sea de día o de noche.